Dicen
que los datos económicos auguran un 2014 mucho mejor para todos nosotros, y que
la crisis, aunque todavía no nos va a abandonar, nos dará un respiro a los
españoles, que podremos ver cómo mejora la situación a partir del citado año.
Esperemos que las previsiones no se equivoquen, como otras veces lo han hecho,
porque la verdad es que se nos va haciendo cada vez más cuesta arriba esta
situación. La falta de empleo y, sobre todo, la falta de oportunidades nos
están cercenando una y otra vez los pequeños brotes verdes que iban creciendo
en nuestra economía, o al menos eso nos decían. Nos gustaría pensar que esas
palabras son suficiente motivo para tener una mínima esperanza con la que
afrontar mejor todos los problemas derivados de la situación financiera.
Mientras
permanezcamos oficialmente en crisis y en recesión (y llevamos ya unos cuantos
meses metidos en tal situación) pensamos que lo más correcto es seguir como
hasta ahora, haciendo economías por todos los lados para poder seguir sacando
la cabeza y respirar, que no es sencillo. Por eso, y dado que el mundo del
motor ha sido tocado por el frío índice de la crisis, nuestra pasión se puede
seguir practicando sin problemas, pero eso sí, utilizando la cabeza para ello,
que para eso la tenemos. De ahí que nuestro consejo sea, como no podía ser de
otra manera, que tengamos claro esta premisa a la hora de invertir en nuestro
automóvil.
Por
ejemplo, imaginemos, como ya hemos hecho otras muchas veces en este blog, que
el coche se avería. ¿Cuál sería la opción más inteligente? Pues es obvio que
recurrir a un desguace para llevar a cabo la reparación de nuestra máquina.
Pero no a un sitio cualquiera, lo mejor es recurrir a los profesionales más
indicados en el asunto, que en este caso serían los responsables de www.desguacesdecoches.es, una
página excelente donde se pueden conseguir todas las piezas que queramos por un
módico precio y con las mejores garantías de satisfacción. Sencillo, rápido y
barato, como siempre que hablamos de recambios de segunda mano.
No
es que no nos creamos las palabras de los políticos cuando salen a la palestra
a decirnos que España va bien, o que todo circula por la senda de la
tranquilidad. Al contrario, seguimos recelosos cada vez que uno de estos
representantes del pueblo nos cuenta la enésima promesa sobre cuando terminará
esta situación o cuando podremos volver a crecer. Por eso, aunque se puedan
atisbar motivos para la esperanza en un futuro a medio plazo, seguiremos intentando
ahorrar dinero, sobre todo por lo que pudiera pasar, que es algo tan
imprevisible e incierto como las certezas que nuestros políticos nos dan día a
día.
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