miércoles, 22 de mayo de 2013

Como solucionar los problemas con la junta de culata


El no llevar un control sobre el aceite del vehículo puede producir a la larga grandes daños en el motor. Al no tener bien lubricados los componentes internos, el rozamiento que se produce sobre las distintas partes del motor produce un sobrecalentamiento de los mismos con lo que puede producirse una deformidad en las piezas y afectar a partes sensibles de rotura. El ejemplo más claro es que se te vaya la junta de la culata. Al irse la junta, la propia culata puede deformarse, los líquidos refrigerantes y el aceite se puede mezclar con el combustible y producir un mal funcionamiento del vehículo.

Es conveniente revisar el nivel del aceite periódicamente para evitar estos problemas, pero en caso de que ya sea demasiado tarde y se haya producido algún daño existen varias posibilidades. Si el daño es por deformación de la culata existe la posibilidad de rectificarla. Al hacerlo lo que conseguimos es que con un coste mínimo podemos reutilizar nuestra culata. La otra es directamente cambiarla. Si quieres más información sobre el rectificado de culatas visita esta web.

Otra posible causa de la rotura del motor es la correa de la distribución. Normalmente son de caucho y ya sea por el tiempo o por el desgaste conviene cambiarlas cada 60.000 km. Existen casos en determinados modelos en los que la correa en vez de ser de este material es de metal, más concretamente un cadena de distribución. Suele tener mayor duración pero en caso de rotura puede producir aún más daños si cae justo entre otros mecanismos del motor y los obstaculiza.

Ya sabes, si no deseas pegarte un buen susto al recibir la factura del mecánico lo mejor es que tomes medidas. Por perder 3 minutos de vez en cuando mirando los niveles y haciéndole un control mínimo a tu coche al final puedes ahorrar mucho dinero.

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