Los
que tenemos una cierta edad crecimos convencidos de una cuestión fundamental:
es posible hacer uno mismo una cosa si se sabe cómo. Y ello lo interiorizamos
gracias a un programa llamado Bricomanía,
el cual todavía se sigue emitiendo. En este espacio nos mostraron qué es una
base sustratada, como hacer una unión con tubillón y la magnificencia de los
adhesivos para evitar tener que poner clavos.
Pues
bien, ahora que estamos en crisis estos consejos deben ser más bien recibidos
que nunca, sobre todo para los que hayan tenido la desgracia de sufrir una
avería y tengan la suficiente destreza como para repararla. Todo esto es ahora
mismo no solamente posible, sino mucho más barato. Y para que tengas toda la
información a tu disposición te dejamos un enlace gracias al cual vas a poder
acceder a una de las mejores guías de empresas del panorama nacional: tbuscador. En ella podrás encontrar todos esos
negocios que se dedican a vendernos piezas usadas, motores de segunda mano,
cajas de cambios reparadas y un sinfín de repuestos de todo tipo. Además, con
precios módicos y con la mejor de las garantías. Nunca había sido tan sencillo
llevar a cabo esta cuestión, desde luego que sí.
Ahora
bien, te vamos a recomendar que sigas algunos consejos más o menos evidentes
para evitar tener que lamentarte de que las cosas salgan mal. Y el primero de
ellos no puede ser otro que el de que controles de herramientas. Puedes tener
un montón de ganas de reparar tu coche en tu garaje, pero si no sabes ni coger
la famosa 10/11 tienes un problema, la verdad. Y por supuesto, ojo con la
utilización de los elementos punzantes o con las soldaduras, te pueden suponer algunas cuestiones
peligrosas y traumáticas, y no creemos que quieras herirte en un dedo por no
saber cómo usar un destornillador, ¿verdad?
A
la hora de reconstruir cualquier coche hazte siempre un esquema o un plano, no
se te ocurra improvisar. Y márcate un presupuesto para ceñirte a él. El
bricolaje es barato, incluso el relacionado con los coches, pero hasta cierto
punto. Si tienes que comprar las herramientas necesarias para llevarlo a cabo
el asunto se encarece de forma evidente, así que no pierdas la cabeza con el
háztelo tú mismo. Y por cierto, un último consejo muy pertinente: apréndete los
nombres de las herramientas y de las piezas que necesites. Es un poco triste
llegar a una tienda y pedir un cacharro de esos para la junta de la trócola,
porque seguramente el tendero no te entenderá...
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