La
verdad es que esa mañana nos ocurrió como en el juego de la oca, que una mala
tirada (en este caso nuestra falta de previsión) nos hizo perder todo un día de
un lado para otro. Los que estén habituados a la conducción en la gran ciudad
sabrán de lo que estamos hablando, sobre todo si lo que buscas no sabes dónde
está. Toda una mañana arriba y abajo gastando combustible (que actualmente y al
precio que está parece casi un producto de lujo) y sin sacar nada en concreto.
Como afirmamos en el título que da entrada al presente artículo, parecía que
habíamos caído en el laberinto del citado juego y que éste nos remitía,
insistentemente, a la M-30. Y a la 40, la 45, la 50...
En
ocasiones estas eventualidades nos ocurren porque no dedicamos unos minutos del
día para reflexionar con tranquilidad qué es lo que necesitamos. Teniendo como
tenemos una conexión a Internet y siendo tan intuitivas las búsquedas que
realizamos, andar de un lado a otro por la capital de España no tiene sentido. En
nuestro caso el asunto era aún más hiriente porque en la Red existe una
magnífica página que nos reúne toda la información necesaria para pasar la itv en tres cantos,
que era precisamente el trámite que teníamos que cumplir.
Cuando
al día siguiente, después de hacer la citada búsqueda, entrar en la página
anteriormente nombrada y reunir la información pertinente, pudimos acceder al
fin a la estación ITV que buscábamos, reflexionamos sobre la enorme cantidad de
tiempo que habíamos empleado para tal fin y lo poco rentable que había sido esa
inversión. Parangonando la situación con la de los inversores de bolsa, era
como si hubiésemos comprado acciones de una empresa a ciegas, sin estudiarla
primero, y luego comprobáramos, incrédulos, el derrumbamiento del precio de las
mismas.
Así
que nuestro consejo está claro: previsión y anticipación. Si tenemos las
herramientas y tenemos los recursos, ¿por qué no invertirlos en sacarles el
máximo partido para evitarnos esperas interminables, rodeos estresantes y
búsquedas a ciegas? Nosotros, desde luego, no pensamos volver a pasar otro día
eterno dentro del coche (a pesar de que nos guste conducir). Aunque claro,
también es cierto que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la
misma piedra...
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