El
año no ha comenzado bien para el sector del motor. Si hace poco comentábamos
que las ventas habían tenido un pequeño respiro en octubre del año pasado, la
cifra de negocio global de todo 2012 no deja lugar a dudas, se han vendido menos
automóviles que en 2011, año que también fue bastante malo. No hace falta ser
un mago de las matemáticas para saber que esta situación de involución puede
traer consecuencias muy negativas a la economía española y al sector de la
automoción. Un desplome de ventas en 2013 pintaría un panorama tan desolador y
triste que no nos atrevemos siquiera a sugerirlo por si al final termina
haciéndose realidad.
El
problema de todo ello lo tiene la crisis financiera en la que estamos inmersos.
No es una afirmación ociosa, aunque pueda parecer que actualmente todo lo
achacamos al mismo asunto. Pero los recortes, el crecimiento de las listas de
parados, el aumento de los impuestos, la subida sin límite de los carburantes o
el encarecimiento de los seguros, por poner algunos ejemplos, han propiciado un
panorama en el que todo tiene un color pardusco bastante desagradable de mirar,
en el que nos retenemos a la hora de hacer un desembolso económico importante
como puede ser la compra de un nuevo turismo.
Por
eso no nos extraña que surjan iniciativas como la de motores racor, una página
Web que se dedica a la venta de motores
de segunda mano a toda España. Si antes no pensábamos en esta solución como
posible alternativa a una avería en nuestro coche, ahora el crecimiento de los
recambios de ocasión ha dado un vuelco a la dinámica. Confiamos en los
desguaces y adquirimos piezas de segunda mano sin reparos.
Tal
vez en el comienzo de los tiempos, cuando los controles de calidad eran menos
rigurosos, pudiera ser que estos sitios ofrecieran una calidad menor o sin
contrastar, pero la legislación de nuestro país en materia de seguridad y la
incorporación de distintos procesos de control de calidad han puesto a los
desguaces en un lugar donde la calidad, la certificación y la funcionalidad no
están a debate.
Y
hemos de decir que como amantes del mundo del motor nos alegramos de ello,
porque todo lo que sirva para ahorrar dinero a nuestros atribulados bolsillos
es siempre bienvenido. Si tenemos un motor en perfecto estado, que ha pasado
por controles de calidad que certifican su correcto funcionamiento y el precio
final que vamos a tener que desembolsar es más reducido que si lo compramos
nuevo, la conclusión es obvia: nos vamos a decantar por este tipo de repuesto,
que gracias a sus prestaciones está permitiendo que el parque móvil de nuestro
país pueda seguir siendo viable a precios bajos. Una buena noticia, sin duda
alguna.
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